¿Qué hago si mi niño o niña se toca los genitales y se masturba?

No te preocupes, ni hagas un escándalo y menos castigues a tu hija o hijo. Simplemente está explorando su cuerpo y ha encontrado una fuente de gratificación y placer. Esto es completamente normal. Cuando es excesivamente frecuente o cause daño como inflamación, raspados, heridas o sangrado en niñas o niños menores de 6 años, lo que hay que hacer es distraer al niño con juegos u otras actividades que reorienten su foco de interés y consultar al pediatra para tratar los daños causados.
La sexualidad está presente en todas las etapas de la vida y por supuesto en la infancia. Investigaciones serias afirman que el desarrollo psicosexual de los niños se da incluso desde antes del nacimiento. La sexualidad en esta etapa de la vida tiene un fin exploratorio, de identificación y de búsqueda de sensaciones placenteras. Son innumerables las formas como los niños buscan gratificación sexual. Es muy común la estimulación de los genitales con las manos, pero también pueden darse frotamientos de los genitales sobre objetos como el lecho de la cama, almohadas, sillones, peluches, alfombras, etc, etc e incluso mascotas, padres o familiares. No es un mito que los niños busquen “contacto” con mamá, de quien han obtenido tanto placer desde que nacieron al lactar de ella y tener tanto contacto en su corta vida llegando a “enamorarse” de ella, a esto llamamos complejo de Edipo, que en realidad postula que los niños desean sexualmente a sus madres hasta el final de la niñez. Su símil en las niñas, es el complejo de Electra, al parecer menos intenso y genital que en los varones, pero no menos intenso emocionalmente, no es un mito que las niñas experimenten placer al montar sobre las piernas de papá, del abuelo o el tío y jugar al caballito. Tampoco habría que escandalizarse si sorprendemos a dos niños o dos niñas o un niño y una niña masturbándose mutuamente mediante frotamientos por ejemplo, simplemente encontraron a alguien con quien explorar y complacerse juntos. En este caso se les distrae con juegos otros estímulos y un poco más de vigilancia. En ningún caso usar el castigo.
Conforme avanza la edad se consolida la identidad de género entre los 2 a 3 años, es decir los niños tienen consciencia plena de ser hombre o mujer y al final de la niñez entre los 10 y los 12 años se “resuelve o termina” el complejo de Edipo y Electra, cuando las niñas y los niños se dan cuenta que existen otras hembras y otros machos que son más atractivos que su mamá y su papá iniciando la adolescencia con buen pie.
Las niñas y los niños pueden experimentar excitación sexual e incluso el orgasmo. No es raro que haya erección en los niños frente a diversos estímulos y lubricación en las niñas. Siendo el pene un órgano externo es muy sensible a estímulos y su erección es muy evidente, mientras que en las niñas el clítoris está “escondido” por lo que su estimulación es un poco más difícil y la lubricación es casi imperceptible. La masturbación lleva al orgasmo a los niños; sin embargo; éstos no van acompañados de eyaculación, sino hasta después de los 10 a 14 años, denominándose a la primera eyaculación masculina, oigarquia. Los sueños húmedos o poluciones nocturnas involuntarias, parecen ser un mito que ha intentado “santificar” a nuestros niños y adolescentes.
Por tanto debemos cuidar muy bien el desarrollo psicosexual infantil y no exacerbar su dimensión erótica, no dejándolos dormir en la cama con los padres, bañarse o estar desnudos con ellos, besarlos en la boca, vestirlos como adultas o adultos, dejarlos ver novelas, series, películas u otras no apropiadas para su edad, entre otras acciones que lo único que provocarán será hipererotizarlos innecesaria y peligrosamente. Las niñas y los niños deben experimentar, jugar, relacionarse, comportarse y vestirse acorde a su edad, el “adelantarlos” queriendo que maduren o se vean como adolescentes o adultos significa impedir el desarrollo normal y lo más peligroso, someterlos a riesgos de abuso, al poder ser vistos atractivos sexualmente por adolescentes o adultos.
La integridad psíquica de las personas en las posteriores etapas de la vida, depende en gran medida, de un desarrollo psicosexual normal en la niñez. Es por esto que hay que evitar castigar o reprimir violentamente la masturbación en las niñas y los niños, lo único que se logrará será darle un carácter de «prohibido, enfermo o demoniaco» a la sexualidad. Cuando es excesivamente frecuente o cause daño como enrojecimientos, hinchazón, raspados, heridas o sangrado en niños menores de 6 años, lo que hay que hacer es distraer al niño con juegos u otras actividades que reorienten su foco de interés y consultar al pediatra para tratar los daños causados. Cuando los niños son mayores de 6 años son cada vez más conscientes del concepto de privacidad y no se dejarán ver cuando se masturban; siendo signos de alarma de su práctica excesiva o compulsiva, el aislamiento, la baja autoestima, el bajo rendimiento escolar en cuyo caso es necesario consultar con un especialista como el pediatra o el psicólogo, siendo esto muy importante pues estos signos de alarma también pueden estar advirtiendo otros trastornos e incluso el abuso sexual.